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jueves, 21 de octubre de 2010

Doña Claudia: en la "mediocridad" competimos.

Ante una nota enviada a mi correo personal por la señora Claudia Barrionuevo, mi primera reacción fue de dolor y a eso corresponde la nota de respuesta que envié a su correo.
Pero ahora es más racional. Porque aunque dirija la nota a Roberto Sánchez, es claro que va contra mi.
Con la más absoluta liviandad me atribuye un escrito creado por un amigo.No medió ni una consulta previa.
Sí, escribí para Aula 6, y para La Pensión y El Barrio igual que ella lo hace para empresas comerciales con intenciones estrictamente comerciales.¿Banalidades? Sí, lo hice para ganarme la comida y no me arrepiento de ello. Me lo justifico pensando que lo han hecho en el mundo gentes de un talento que no puedo siquiera soñar con igualar. Yo no nací en una familia burguesa con ingresos privilegiados. Nací en una familia pobre y siempre he tenido que ganarme la vida como trabajador: por eso, igual que mis compañeros de los "blogs" soy Roncahuita(a mucha honra) y no "VinoParís", como ella dice que es.(Podría ser hasta "GuaroCacique", esa es la diferencia, efectivamente entre ella y yo, al considerar valiosa la cultura costarricense.Parece que doña Claudia se pasa la vida "envidiando los goces de Europa").
No creo que el sitio de Venegas sea el "blog de un pobre tipo", salvo que ella se refiera a que es un hombre de origen humilde. Y aunque varias veces habló mal de mi trabajo, siempre respeté su criterio.Pero él iba a mi teatro.
Así que, pensándolo mejor, no puedo aceptar que valore mi trabajo dramático, porque ella nunca se sentó en una butaca del Teatro Chaplin a ver función alguna.
¡Sálveme el cielo de negar a Walter Fernández como mi amigo y compañero de trabajo! Por él siento un profundo respeto y un entrañable afecto.
He sido ganador de 4 premios nacionales: el Ancora de La Nación, el de la UTI, el de la antigua FUCONATEA(CNT) y el del el Teatro Nacional que ella y Walter acaban de ganar(Si fueron mal otorgados, no es culpa mía).
No se puede acusar a nadie sin fundamento de, por ejemplo, "traidor"(en ésto incluye a Walter que colaboró conmigo) o "pedófilo", sin asumir las responsabilidades del caso. Pero puede estar tranquila, no iniciaré ninguna acción legal contra ella.(Aunque pueda que cambie la decisión).
Veinticinco años de educador de adolescentes con un expediente inmaculado y sesenta años de edad con un historial penal sin mancha alguna, hablan de mi condición moral y de mi honestidad.

Advierto entre sus líneas que su disgusto no es contra Roberto, es contra William Venegas. Pero carece de las agallas para a escribir contra el crítico, lo hace contra un humilde espectador como Roberto.
Releyendo el contenido y el lenguaje de su carta, me doy cuenta que a lo mejor en algo tiene razón: en lo de que soy "mediocre".Yo lucho por superar esa condición. En lo de mediocre competimos. ¡A ver quién gana!
Una mujer como Isabel Allende nunca hubiera escrito semejantes insultos tan vulgares e innobles. Pero ella, claro, no es Isabel Allende, como yo tampoco soy Anton Chéjov.Pero soy respetuoso, eso lo aprendí de mis padres y de la moral política en que me formé.

¿Pedófilo? Que lo demuestre.Que cumpla con su obligación ciudadana de denunciarme por un delito tan grave. ¿Traidor? Nunca he abandonado las luchas populares ni salí corriendo de Vanguardia Popular para acomodarme en la confortable vida burguesa como ella, ni escribo comedias sobre los "graves problemas de la burguesía costarricense", ni para el cine apologías de la conducta machista. Sigo apoyando la luchas populares por una Costa Rica Socialista. ¿Solo hice teatro barato? ¿Cuándo se sentó en una butaca del Chaplin? Los escritores podemos ser malos o buenos, pero nunca podemos hablar de lo que no hemos visto. Si lo hacemos, no creo que pueda haber otra conducta que nos ubique más como mediocres.
Eduardo Zúñiga

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