El cine tico : en general decepcionante. Pero hay esperanza.

"A ojos cerrados" : esperanza para el cine costarricense.

Aclaración necesaria: no somos críticos, solo ticos enamorados del buen cine y estudiosos del mismo: ésto léase como un comentario sincero, no pretende ser nada más:

Cuando hablamos de la producción de largometrajes de ficción costarricenses pensamos inmediatamente en alguien a quien reconocemos como pionero, a Oscar Castillo."Intocable" por los críticos durante mucho tiempo, hoy la mayoría coincide en que Castillo pasará a la historia como un cineasta que tuvo la entereza y el coraje para hacer cine contra viento y marea. Por eso dejará huella y ese es su mayor logro en este campo. Su corta filmografía, de clara intención comercial-hasta el momento- no alcanza méritos para figurar en una antología de arte cinematográfico. Su trabajo como productor en La Segua, es lo más destacado de su presencia en el cine. Lo decimos con la mayor honestidad y un gran respeto. Los grandes méritos de don Oscar, están en su labor como productor de TV y -según nos cuentan- como actor y director en el teatro.

Luego pensamos en Esteban Ramírez, quien en nuestra opinión ha intentado con "Caribe" y "Gestación", hacer un cine en el que reconocemos existe cierto compromiso con la realidad costarricense y con la calidad, pero sus filmes, con débiles guiones, se han quedado en la mitad de lo que evidentemente era su intención, especialmente el último. Resultan tímidos al plasmar en imagen su propuesta conceptual, carente de dirección de actores la primera, con obvias deficiencias en el montaje y por tanto en el ritmo, las dos. Sin embargo, ambas tienen méritos esperanzadores en otros aspectos.

Entre los más jóvenes, merecen ser mencionados Hilda Hidalgo y Hernán Jiménez. La primera en su película "El amor y otros demonios", realiza un intento atrevido-esto es bueno- pero también fallido, pues el resultado es una película con un guión que no consigue trasladar al lenguaje cinematográfico el ritmo apasionante y envolvente de la novela de Gabo. Resultado : una película que si bien tiene varios méritos no logra tampoco "enganchar", resultando, como bien lo han dicho, lenta y aburrida e ideológicamente superficial.

Con Jiménez, luego de ver "A ojos cerrados" uno necesariamente concluye que hay esperanza para el cine costarricense. Coincido con mis amigos, apasionados espectadores estudiosos del cine, en que es lo mejor que ha logrado Costa Rica: técnicamente bien realizada, temáticamente sensible, nos hace dar un contagioso paseo por los valores humanos más apreciables , con una historia sencilla, un cuidadoso guión que resulta en un ritmo dramático efectivo que nos seduce, nos mueve a la reflexión a cerca de el sentido de la vida. En fin, nos llena de esperanza.

Casi que, todo lo demás no vale comentarlo porque se trata de filmes clase C, plagados de recursos y temas manidos, con historias de fantasmas y aparecidos que no asustan ni a los niños y con guiones que compiten en mediocridad con lo peor del cine gringo, claro sin la tecnología de éste en su realización.

Lo dicho nos lleva a una conclusión inevitable: lo más deplorable del cine costarricense son sus guiones (lo curioso es que existen buenos guionistas en el país). Pero hay esperanza, porque talento hay y de sobra y queremos ser optimistas vislumbrando un futuro que nos llegue a insertar algún día en lo más valioso de la producción cinematográfica internacional, con un cine de sello nacional aunque a los neoliberales que nos gobiernan solo les interese lo que produce dólares.

No obstante : ¿Quién quiere proponer la creación de un " Fondo para el fomento de la calidad cinematográfica nacional "? Quien quita y lo conseguimos.