Seguimos eligiendo a los responsables de la violencia y la inseguridad.
No hay duda de que la pobreza,la marginalidad, la exclusión, son una bomba de tiempo para la sociedad costarricense, una verdadera amenaza para la paz que viene manifestándose en forma alarmante desde finales de la década de los ochentas.
El dramaturgo Bertolt Brecht, dijo que "en los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia". Esto, para señalar que violencia y economía tienen una estrecha relación.
Costa Rica desde los años ochentas, abandonó el modelo social demócrata para empezar a transitar por el neoliberalismo de la mano de don Oscar Arias, quien llamó a ésto "poner a costa Rica a tono con las nuevas tendencias en el mundo" en su último informe presidencial ante los legisladores.
Pero lo que en realidad ha ocurrido es que este modelo económico ha lanzado a más y más costarricenses a la marginalidad y esto se ha convertido en una de las principales causas de la inseguridad.
El decimoquinto informe "Estado de la Nación en desarrollo sostenible" señala que ambos flagelos han resultado difíciles de vencer por el gobierno de Oscar Arias.
Según este análisis de la situación del país en 2008 , la pobreza golpea a los sectores más vulnerables, mientras la inseguridad ataca sin discriminar rango social.
La tasa de pobreza registró 18,5% a finales de octubre del 2008, un punto porcentual mayor al 17,7% del año anterior, lo que refleja que las medidas gubernamentales para combatirla fueron insuficientes y no alcanzaron a los sectores más afectados. "En el 2008 el número de hogares en situación de pobreza aumentó en casi 19.000 y en pobreza extrema el incremento fue de poco más de 7.000 hogares", subrayó el informe oficial.
En relación con la inseguridad, el informe señala que hubo "un alarmante retroceso en inseguridad ciudadana", uno de los problemas que más agobian a la sociedad costarricense.
Precisó que los hogares que fueron víctimas de la criminalidad se elevaron casi en 100% entre 1997 y 2008, cuando pasaron de 15% a 28%.
Lo trágico de todo esto es que pareciera evitarse por todos los medios la discusión sobre este círculo vicioso "pobreza, violencia, inseguridad", lo que interpretamos como un afán del neoliberalismo por disimular su papel protagónico como causa del mismo.
Se ha recurrido entonces a una estrategia cultural para que no veamos el problema o para convencernos de que no hay ninguna relación con el sistema económico imperante, para que los costarricenses no relacionen a sus gobernantes con el origen del problema de la inseguridad.
La relativa ausencia de discusión de estos asuntos, por un lado, y su tratamiento habitual en los medios de comunicación, por otro, son ejemplos de esta estrategia neoliberal de violencia cultural, para evitar la discusión de la relación entre el sistema económico y el crecimiento de la inseguridad ciudadana.
Entonces los costarricenses ponemos más y más rejas y alarmas y pedimos leyes más fuertes, penas más altas, un policía en cada cuadra…
Nunca escuchamos exigir más justicia social, mejor distribución de la riqueza, la vía política hacia un sistema económico incluyente, solidario.
Por eso los costarricenses seguimos votando cada cuatro años por los mismos, por los que nos arrebataron a la Costa Rica que caminaba hacia el desarrollo y la seguridad social y originaron ésta, que se ahoga en un agobiante clima de violencia e inseguridad.
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