Para E.U., los guatemaltecos y los negros de Alabama eran ratas de laboratorio.

Una acción que nada tiene que envidiarle a los experimentos nazis.

Diversos guatemaltecos demandaron el lunes a autoridades federales de salud de Estados Unidos a las que exigen una indemnización debido a los daños físicos que sufrieron después de que se les infectó de manera deliberada con sífilis en experimentos en la década de 1940-50 (Cerca de 400 niños de orfanatos y 300 internos de prisiones ) a muchos de ellos no se les suministró ningún tratamiento con el fin de observar los efectos de la enfermedad.

El espantoso hallazgo en Alabama, E.U. :

Los experimentos en humanos salieron a luz por una investigación de la doctora Susan Reverby, del Wellesley College, quien los descubrió en archivos del doctor John C. Cutler —fallecido en el 2003—, quien lideró el programa de ensayos en Guatemala.

Reverby estudiaba documentos sobre el famoso caso Tuskegee, en el que se observó el desarrollo de la sífilis en 400 afroamericanos de Alabama, a quienes no se les permitió el acceso a tratamientos.

El macabro caso en Guatemala:

En la década de 1940, cientos de guatemaltecos fueron sometidos a experimientos con sífilis organizados por Estados Unidos. Ninguno de ellos tenía conocimiento de dichas pruebas. La información sobre estos experimentos salió a la luz en octubre de 2010 y creó conmoción en Guatemala.

Tras las revelaciones, el mismo presidente Obama llamó a su homólogo guatemalteco Álvaro Colom para ofrecerle disculpas y la secretaria de Estado Hillary Clinton criticó tales acciones.

Desde entonces, centenares de afectados han preparado una demanda contra el gobierno de Estados Unidos y exigen una indemnización. La cuantía de ésta se intentó negociar fuera de los tribunales, hasta el viernes pasado. Sin embargo, la falta de respuesta por parte de Washington ha llevado a los abogados de los afectados a dar un paso más y decidirse a presentar formalmente la demanda.

Los experimentos se llevaron a cabo entre 1946 y 1948, con el objetivo de testar la efectividad de la penicilina contra la sífilis. A tal fin, los científicos estadounidenses infectaron deliberadamente a un total de 700 personas con el virus de la enfermedad, principalmente en orfanatos y prisiones, con el beneplácito de los responsables de dichas instituciones.

A cambio, los centros objeto de la experimentación recibían equipos eléctricos y medicamentos para otras enfermedades o incluso cigarrillos.

El precedente más similar es el de Tuskegee, una población del estado de Alabama, en la que algunos afroamericanos fueron también objeto de experimientos similares con el mismo virus en la década de los 30. En aquel caso, las víctimas fueron indemnizadas.