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jueves, 12 de julio de 2012

ASI NO SE DEFIENDE LA PROBIDAD

(Por la importancia de su contenido que nos parece justo y apegado a la verdad, publicamos esta carta ( copia enviada a nuestro correo) de Ivonne Cortés a Rubén Hernández Valle respecto a un artículo publicado por el último en La Nación, el 11/7/2012)

Don Rubén:

He leído con tristeza su artículo en la NACION de hoy. Los costarricenses que le hemos admirado, jamás lo imaginamos defendiendo la corrupción. ¿Acaso está derogado el artículo 52 de la Ley de Enriquecimiento ilícito que Ud. tan alegremente olvida?¿Acaso no hay incumplimiento de deberes cuando se deja impune un delito (eso hizo la Presidenta al justificar el tráfico de influencias)?.

Tampoco se vale la tesis de que es suficiente que la Asamblea ejerza el control político, pues eso no es más que el derecho al berreo. La corrupción no se combate con actos simbólicos. Hay un reglamento legislativo (malo, pero vigente) al que se puede recurrir, y eso también está dentro de la legalidad que Ud. ahora pretende desconocer.

¿Por qué hasta ahora que le ley le es desfavorable a sus amigos Ud. osa cuestionar una institución como la Procuraduría de la Ética?¿O es que cuando era desfavorable a quienes no son sus amigos estaba bien?. Si técnicamente la existencia de la Procuraduría de la Ética no es procedente, no debe ser para encubrir la corrupción, como en este caso. Es curioso que Ud. no plantee ninguna solución, no parece que el tema de la corrupción lo desvele.

Sócrates se avergonzaría de esa posición, él se batió por la legalidad, quizá le convendría releer el Critón de Platón: la ley hay que respetarla, cuando me es favorable y cuando me es desfavorable, es la tesis socrática por si no la recordaba. Y si la ley está mal hecha, hay que cambiarla, pero no irrespetarla. Con sus argumentos no se cumple ninguno de los fines del derecho: ni la justicia, ni la seguridad jurídica. Pues la justicia no puede significar que la PRESIDENTA sanciona la corrupción "solo cuando le da la gana" (como temerariamente afirma Ud.), ni la seguridad jurídicia puede significar que la ley solo hay que acatarla cuando me es favorable.

Liberación es una maquinaria delectiva: no tengo la menor duda que el Fiscal General (liberacionista, por más señas) tampoco actuará según sus deberes, encontrará, al igual que Ud. los resquicios para seguir alentanado (por vía de impunidad) la corrupción de los niveles altos. La clase política a la que Ud. pertenece piensa que la probidad debe ser solo un atributo de los mandos medios para abajo. Y eso no se vale.

Mientras los mandos altos de la República den esos ejemplos, este país carecerá de un futuro promisorio: por lo menos para la honradez. NO CONOZCO NINGÚN PAÍS QUE PROSPERE EN UN AMBIENTE DE CORRUPCIÓN.

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