El regreso del macartismo en Estados Unidos

Joseph Raymond McCarthy.

Fiscales pueden presentar como testigos a "expertos anónimos", que no pueden ser contrainterrogados por la defensa.

Por Paul Craig Roberts

En siglo XXI los norteamericanos han experimentado un extraordinario colapso en cuanto al Estado de Derecho y a sus protecciones constitucionales. Hoy en día los ciudadanos norteamericanos, en otros tiempos una gente libre y protegida por la ley, pueden ser asesinados o detenidos en una prisión indefinidamente, sin que ninguna evidencia sobre su (presunta) culpabilidad sea presentada ante una corte, y pueden ser condenados a prisión en base a un testimonio secreto por testigos anónimos no sujetos a un contrainterrogatorio. El “sistema de justicia” de los EE.UU. ha sido transformado por el régimen de Bush/Obama en el “sistema de justicia” de la Gestapo alemana y de la Rusia estalinista. No hay diferencia.
En un artículo disponible aquí: http://www.wrmea.org/wrmea-archives/541-washington-report-archives-2011-2015/january-february-2013/11611-why-all-americans-should-care-about-the-holy-land-foundation-case.html Stephen Downs, ex jefe de la Comisión del Estado de Nueva York sobre la Conducta Judicial y Kathy Manley, una abogada de defensa criminal y miembro de la Unión de Libertades Civiles, reportan cómo el gobierno de los EE.UU. destruyó una fundación caritativa, la Holy Land Foundation, que proporcionó dinero para alimentar a los pobres y para construir escuelas y hospitales en Palestina.
La entidad caritativa, consciente de los peligros de estar basada en los EE.UU. y haciendo cualquier cosa por los palestinos, confió en la asistencia del Departamento de Estado de EE. UU. y del Departamento de Justicia de los EE.UU. (sic) sobre donde enviar la ayuda humanitaria. La entidad envió su ayuda a los mismos comités de ayuda en Palestina que la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) y la O.N.U. usan para distribuir la ayuda a los palestinos.
En el primer juicio (del gobierno de los EE.UU.) contra la Holy Land Foundation, el gobierno admitió que ninguna de las donaciones de la agencia caritativa habían ido a las organizaciones terroristas, y los fiscales federales no pudieron lograr una convicción, pero lo intentaron otra vez.
En el segundo juicio, el juez permitió que los fiscales llamaran a un “experto anónimo” para que le diga al jurado que algunos de los comités usados por USAID y la O.N.U. y aprobados por el Departamento de Estado de los EE.UU., eran controlados por los Hamás, el gobierno elegido de Palestina que Israel requiere al gobierno de los EE.UU. calificar como “terrorista”.
Como Downs y Manley señalan, un “experto anónimo” no puede “ser refutado porque es un desconocido”. No puede haber un contrainterrogatorio. El “experto” podría ser cualquier persona ­–alguien pagado para mentirle al jurado, un judío quien cree que toda la ayuda a los palestinos significa “ayudar a los terroristas”, o un miembro de Mossad, el servicio de inteligencia israelí que ha infiltrado a fondo los EE.UU., según expertos de inteligencia de los EE.UU.
Las injusticias están por todas partes, admiten los autores, así que ¿por qué esto debe ser importante para usted? La respuesta es que la cláusula del debido proceso judicial, en la Constitución de los EE.UU., requiere que las leyes penales adviertan claramente qué conducta está prohibida. Según Down y Manley, la  Holy Land Foundation siguió la lista del Departamento de Estado sobre organizaciones señaladas como terroristas y evitó todo contacto con las organizaciones en dicha lista, pero fue procesada y condenada a pesar de todo. Esto nos dice que los fiscales federales son corruptos y que los miembros del jurado son tan ineptos y evidentemente inútiles para los acusados.
El Tribunal Supremo de los EE.UU. rechazó revisar este caso donde fue evidente de que la convicción fue ilícita. Al hacerlo, el Tribunal Supremo estableció que la corte, como la Casa de Representantes, el Senado y el Poder Ejecutivo, no sólo son sirvientes del estado policial, sino también sirvientes de Israel y apoyan la destrucción de los palestinos señalando cualquier ayuda a Palestina como un acto terrorista.

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Paul Craig Roberts fue editor de The Wall Street Journal y secretario asistente del Secretario del Tesoro estadounidense durante el gobierno de Ronald Reagan. Es autor, entre otros libros, de HOW THE ECONOMY WAS LOST , publicado por CounterPunch/AK Press.

Texto original: http://www.paulcraigroberts.org/2013/01/31/in-amerika-law-no-longer-exists-the-extermination-of-truth/
Traducción: A. Mondragón