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miércoles, 19 de enero de 2011

¡ No matarás ! Respuesta a un amigo.


Jóvenes celebran el primero de mayo en La Habana

Una pacífica calle en La Habana


Quizás en nuestro afán por abarcar demasiado, no fuimos claros. Queríamos referirnos a dos aspectos del problema: uno de ellos es la pasividad del estado frente al problema de la delincuencia y la violencia, lo que ha llevado a la población civil a armarse-lo que insistimos solo agrava el problema- y sus intenciones en cambio de armar un "ejercitito" para defender fronteras.

Desde nuestro punto de vista, hay que impedir que los civiles se armen o ésto terminará viajando al pasado, algo así como al oeste norteamericano del siglo XIX.


Por eso creemos que urge desarmar a a la población y es imperativo enfocar el problema desde otro ángulo.

La delincuencia aumentó en el momento en que se estableció un sistema político que enaltece la ley de la selva, la del más fuerte, la del que tiene más poder y se empezaron a deteriorar las condiciones de vida de la clase media y en general de la clase trabajadora costarricense. Desde que la ganancia se colocó por encima de la dignidad humana y el bienestar social.


Una sociedad con mínimos niveles de delincuencia no es una utopía, amigo. Las hay. Solo cito dos casos: Noruega y Cuba. El caso del primero ha sido ampliamente divulgado,país desarrollado con altos niveles de vida; el de Cuba casi no, ya sabemos porqué los diarios capitalistas no lo mencionan. Pero he estado allí. Y aunque la apertura al turismo y a cierto tipo de inversión extranjera incrementó un poco el problema-lo que ya hizo reaccionar a las autoridades- sigue siendo el país con bajísimos niveles de delincuencia de América Latina.

¿Qué son muy estrictos? ¿Qué restringen las libertades impidiendo que niños y adolescentes deambulen por las calles en horas lectivas? ¿Qué tiene un estilo de vida con lo básico y sin lujos? ¿Que no disfrutan del sueño consumista del capitalismo? Si, todo eso es cierto. Y les reclamo la vigencia de la pena de muerte para narcotraficantes y otros delincuentes, porque sigo creyendo que nadie tiene derecho a segar la vida de nadie.

Sin embargo lejos ha quedado una Habana (que se parecía al San José moderno) de los políticos mafiosos , de los traficantes, de los inversionistas norteamericanos en burdeles y casinos, de niños limosneros, de la gente muerta de hambre de la época prerrevolucionaria.


Si a usted le gustan las armas, no le veo nada malo a eso, siempre que sean para fines deportivos (que no sea la caza de animales silvestres). Pero nos sigue pareciendo inaceptable que se compre un arma para o que uno más hábil acabe con nuestra vida o para terminar con la de otro ser humano. Seguimos creyendo en el principio cristiano y universal: "No matarás".


Esta entrada va a modo de respuesta a nuestro amigo Oinkgasmic. Ver su comentario :

http://generacionrebelde-roncahuita.blogspot.com/2011/01/urge-el-desarme-civil-de-la-sociedad.html


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