Escuela rural indígena. |
Un insulto a los verdaderos educadores de
Costa Rica.
Costa Rica.
Conozco a un maestro, un educador que trabaja en un lugar de Talamanca.
Para llegar a su escuela debe viajar muchos kilómetros por una carretera de lastre en su motocicleta.Llega a un pequeño pueblo y un buen campesino le hace el favor de guardar en su casa el vehículo, porque debe seguir a pie durante unas tres horas, por un sendero en la montaña intransitable incluso para caballos.
Allí le esperan unos treinta niños y los atiende en un aula que construyó la comunidad y les enseña la materia correspondiente a los seis grados, pues en el mismo recinto tiene estudiantes de los seis niveles de la primaria.
Cuando quiere visitar a su familia en San José, da clases sábado y domingo y estos días reponen al lunes y el martes de la siguiente semana, pues no vale la pena salir un sábado para regresar domingo: invertiría ambos días viajando y compartiría con su familia unas horas apenas.
Ningún supervisor escolar llega hasta su escuela.No es necesario, es un hombre honesto que aprendió el Cabécar para enseñarles a los niños en español y en su lengua materna, y visita la Supervisión Escolar siguiendo las fechas señaladas por ésta.Es un joven educador de vocación incapaz de robarse un minuto del tiempo que le pagan y que más bien invierte buena parte de sus horas libres ayudando en distintos aspectos a la comunidad.
Igual que todos, contribuye mes a mes al fondo de pensiones del magisterio nacional con una suma que no es precisamente pequeña si consideramos el monto de su salario. Si hoy se pensionara, el monto de su jubilación llegaría con costos a ¢400.000.
Pienso en este caso y en muchos otros cuando leo que nuevamente surgen en la Asamblea Legislativa unos "educadores" oportunistas que quieren que se revise su pensión para-al salir del congreso- disfrutar de un nuevo monto salarial que superará los tres millones. Para ello deben derogar una norma que estableció que solo deben considerarse para la pensión los salarios como educadores. Esta norma se creó porque casi llevan a la quiebra a la institución los que, habiendo sido maestros y profesores, eran nombrados diputados, embajadores o ministros para elevar sus pensiones a sumas jamás soñadas por ese joven educador a quien me referí antes, ni por muchos miles de ellos que no piensan siquiera en disfrutar de tal privilegio por considerarlo inmoral.
La Junta de Pensiones ha dicho no, la ANEP ha dicho no. La APSE ha dicho no. Y nosotros en Generación Rebelde decimos NO. Ahora amenazan con un recurso de amparo ante la Sala Constitucional.
Dice hoy el diario La Nación : "Desde el 5 de abril, Ernesto Chavarría y Adonay Enríquez del Movimiento Libertario, Julia Fonseca de Liberación Nacional (PLN), José Roberto Rodríguez de la Unidad Social Cristiana (PUSC) y Justo Orozco de Renovación Costarricense presionan a la Junta (de Pensiones,JUPEMA) para eliminar un acuerdo que les impide mejorar su pensión con salarios obtenidos en actividades ajenas a la educación."*
La aspiración de estos señores y señoras diputadas que se hacen llamar "representantes populares", tiene un nombre. ¿Hace falta escribirlo?
Realmente las condiciones de trabajo de este muchacho dan ganas de llorar, excelente artículo!
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