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lunes, 9 de mayo de 2011

Cahuita es una isla

Turistas suecos caminan tranquilos por la calle central.
CAHUITA, COSTA RICA.

Son cerca de las once de la noche. Regreso de visitar a una pareja amiga  y entre vinos y bocadillos y el ruido del mar que en marea alta invade tranquilo a intervalos regulares la tierra de cangrejos que hay bajo la casa montada en "pilotes";  reímos y hablamos…hablamos de Cahuita. Solo mi amigo es nativo de la zona, dueño de un pequeño restaurante. He ido a pie. Hay poca gente en la calle y al pasar frente al Bar Cocos, (legendario, popular, instalado en una vieja casona de arquitectura caribeña), escucho al grupo de Calipso que toca una pieza de Walter Ferguson. Dan ganas de entrar, pero puede más el cansancio y el sueño y sigo adelante.
Paso frente a la casa  del famoso "calipsonian" y está en completo silencio.
Pienso que mañana lo veré sentado en el restaurante familiar de la esquina quizás firmando autógrafos a los turistas , dialogando o escuchando el ruido del mar acompañado de un café…

Vendedor de artesanía. Nótese al fondo la
ausencia de rejas en la casa,
Antes, mis amigos y yo llegamos a una conclusión inequívoca: Cahuita es una isla pegada al continente. Una isla porque a lo mejor gracias a su sentido de comunidad y apego a las tradiciones, luchan día a día mediante sus iglesias y organizaciones sociales para que sea un sitio sano y seguro para sus hijos, para los turistas nacionales y europeos para que ese turismo siga siendo el visitante contemplativo que recorre con su cámara el pueblo y el Parque Nacional cargando en su cámara y en su memoria las imágenes de Cariblancos y Congos, Colíbríes y Yigüirros, Lagartos, Peces y Serpientes...

Hasta hoy es una comunidad donde no hay MacDonals ni Burguer King, que no les hacen falta ni los quieren, porque la gente prefiere el rondón, el patí y el "rice and beans"; aquí  la mayoría de los hoteles son de gentes del lugar y los menos de italianos, españoles y alemanes, que, a diferencia de los estadounidenses, no ponen casinos y burdeles. Instalan ranarios, mariposarios y cabinas rústicas.

Si, es una isla: es posible caminar sin temor a que te asalten, es posible hablar por celular sin miedo a que te lo arrebaten, es posible estacionar tu automóvil en cualquier parte y al transitar solo hacer altos por la gente que va en bicicleta, en cuadraciclo o a pie. (Los semáforos son tecnología inútil)
Todavía la gente detiene su carro, baja de él y con delicadeza, convence a una iguana de que debe asolearse para cargar sus baterías en otro sitio, no en media calle.

Hay seis "craqueros" famosos que forman parte del folclor local y sin ellos, Cahuita sería menos atractivo, pero no te asaltan, te piden "una teja", un cigarrillo o te venden unos aguacates que vaya usted a saber de qué finca los sacaron donde se pudrían o algún pargo rojo o una langosta que pescaron en la madrugada. A veces te dan dinero para que les comprés alguna cosa porque en algunos supermercados no los dejan entrar por temor al hurto. Destaco a uno que fue estudiante de sicología antes de caer en la adicción a la "piedra", con el que es aún posible establecer algún diálogo coherente interferido a veces por alguna divagación de un cerebro que empieza a deteriorarse.

No falta también una amable vecina que comparta con uno el pastel de yuca que horneó en la tarde, o cualquier otro bocado especial, costumbre muy arraigada en el pueblo.

Claro, no ha faltado un turista despistado que deja su cámara de vídeo sobre una toalla, junto a su mochila, encima de la arena y se va a "surfear"  y a su regreso ha desaparecido… A lo mejor la Policía de Turismo se la rescata, a lo mejor no. Pero el turista está ileso, sin un rasguño, solo que triste porque perdió su trabajo de tres días y la próxima vez  se asegurará de cuidar mejor su equipo fotográfico.

Un perezoso se desplaza tranquilo, sin temor a los humanos.
Los cahuiteños están muy orgullosos de su pequeño pueblo todavía sin rejas y están felices con un banco, una farmacia, un ebais, una ferretería, dos escuelas y dos colegios y Playa Blanca y Playa Negra y cuatro policías que casi nunca tienen trabajo.

Si, Cahuita es una isla definitivamente. Al anochecer uno se conecta a internet o mira la televisión, comparte con los amigos y amigas y luego duerme en un silencio que sosiega y tranquiliza y despierta al amanecer con la potente  alarma  del reloj de los congos.

Son amables los lugareños con los que llegamos a establecernos y terminamos compartiendo su estilo de vida, su ritmo cadencioso y lento ausente de estrés.
Este lugar es una isla donde a los cahuiteños no les gustan los gringos; a los pocos que llegan los toleran apenas: es que no les pueden perdonar que-en su muy lógica opinión- hace ya varios años, contaminaran sus plantaciones de cacao desde avionetas, con la plaga de la Monilia (hongo microscópico que destruye los frutos), para aniquilar sus cultivos, lanzarlos a la miseria y comprar tierras baratas para sus plantaciones de banano.

He llegado caminando a mi casa: todo bien, tal como lo dejé. Mi gata angora persigue-jugueteando- a una ranita que finalmente da un salto y cae al "crick" (arroyuelo). 

No, definitivamente:¡Parada,por favor,que aquí me bajo!

GRUPO RONCAHUITA
EDUARDO ZUÑIGA

9 comentarios:

  1. Solo una vez en la vida visité Cahuita, parece que sigue intacta.

    Don Eduardo, en verdad sigue así de tranquila como nos cuenta en su entrada, realmente aún es tan segura para ir?

    Tengo muchas ganas de volver, y leyendo esto, creo que será antes de un par de meses. Ahí lo busco para que me haga de baquiano y así descubrir más recuerdos bonitos que guardar de esa isla.

    Es lindo saber que aún existen lugares así

    Hattori Hanzo
    Sartencaliente.blogspot.com

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  2. Venga y si exagero, le pago el hotel. A lo mejor me ayude a explicarme por qué digo que es una isla en un país plagado de violencia.

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  3. Sin duda alguna iré pronto, es una promesa de caballeros, y lo buscaré para que me presente a esas personas maravillosas que usted conoce y tienen muchas historias, para que me recomiende algúl lugar donde hagan buen rondon, o donde vendan un buen pargo rojo a la caribeña.

    Saludos
    Hattori

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  4. Trato hecho. Un placer recibirte y presentarte a la gente que conozco.
    Prepararemos un buen rondón. Y mi amigo Enrique Joseph, te hará el mejor pargo rojo a la caribeña en su restaurante.

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  5. Quiero planer vacaciones con mis chiquillos por esa zona desde hace tiempo. No sé si es mucha molestia que me recomiende algún hotel desde donde me pueda mover fácilmente.

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  6. mi querido ron cahuita, que dichosos somos de vivir en este oasis paradiciaco mejor conocido como cahuita, y que Dios nos suministre poetas que puedan describir vividamente la bellezade aquel magico lugar que a mas de de uno ha hechisado

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  7. Buen día, necesito contactar a don Eduardo, me podrían ayudar?

    Gracias

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  8. hola, nos entusiasmamos leyendo sobre Cahuita, es justo el lugar que buscamos. Somos de Argentina y pensábamos viajar en Abril. Alguien me puede dar alguna información de cómo llegar desde el aeropuerto si no es con taxi, playas que recomienden y un lugar sencillo donde alojarnos? Nos encantan los lugares donde podemos compartir con la gente del lugar. Gracias. Cris

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  9. hola soy Patricia de Argentin, quede hechizada con Cahuita, desde el lugar que me aloje en plena vegetación y animalitos, un lugar donde se escucha de muy temprano reggae hasta el anochecer De esta linda gente que no quieren perder sus raíces y tranquilidad, los entiendo, porque es un lugar virgen de todo el resto de Costa Rica a esos decendientes de jamaiquinos que enriquecen el lugar, gracias por existir Cahuita ¡Te extraño!.

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