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jueves, 26 de mayo de 2011

La guerra contra las drogas es un rotundo fracaso

¿No es hora de pensar en procedimientos alternativos?

A diario la televisión y la prensa escrita nos inundan con noticias sobre incautación de cargamentos de drogas ilícitas, violencia, muertos y desaparecidos relacionados con éstas y uno se pone a pensar: si a pesar del astronómico presupuesto destinado a la lucha contra este problema, si pese a la cantidad impresionante de droga decomisada  el negocio continúa como si nada…Es que, los traficantes incluyen en su presupuesto las posibles pérdidas por decomiso y éstas en nuestra economía de libre mercado, suponen un aumento en el precio de las mismas.¿Tiene importancia esta lucha entonces? ¿No es a fin de cuentas un rotundo fracaso?

En el caso particular de Costa Rica, hemos tenido que comprometer parte de nuestra soberanía haciendo concesiones al gobierno estadounidense y ya es evidente que aunque nuestra policía se mantiene ocupada persiguiendo narcotraficantes, éstos se las arreglan para presuntamente comprar autoridades y sobornar jueces y políticos, mientras las autoridades de seguridad hablan de aumentar el número de policías y claman por más ayuda norteamericana.
Es claro que se ha sacrificado la inversión social para aumentar el número de efectivos de la policía represiva y en la actualidad se habla del costo en millones de colones para mantener en máxima seguridad o en hospitales a  supuestos "narcos" extranjeros.

Según el ministro Tijerino  en Costa Rica los 11.000 policías están "mal entrenados, mal armados y equipados y mal alojados". Los planes para reclutar a 1.000 policías adicionales por año, en los próximos cuatro años, no serán suficientes, indica.

Para los E.U., está claro, no es un asunto de ética y moral, no se trata de defender su juventud como gritan, es un asunto de fuga de divisas por un artículo por el cual no pueden cobrar ni un centavo de dólar por concepto de impuestos.

" El narcotráfico es la mayor amenaza a la seguridad de nuestro continente, pero esta brutal guerra ha fracasado rotundamente en sus intentos de combatir la plaga de la adicción, el cultivo de la droga y las mafias que la trafican. Por el contrario, ha dejado miles de muertos, devastando nuestras comunidades, corrompiendo a políticos y policías, e inyectando miles de millones de dólares en las redes de crimen violento organizado.", leo en un informe y luego :
"Todos los expertos están de acuerdo en que la política más apropiada sería ponerle fin a la guerra contra las drogas, y emprender políticas alternativas. Pero pocos políticos quieren tocar este tema en sus agendas. Sin embargo, en un par de días una comisión global integrada por los ex presidentes y ministros de relaciones exteriores de la ONU, EE.UU., Brazil y México romperán el tabú -- y pedirán públicamente la adopción de nuevos enfoques que tiendan hacia políticas de despenalización y de regulación de las drogas." 

Nos encontramos ante una oportunidad histórica para nuestra generación, si somos suficientes los que nos unimos a este llamamiento pidiendo el fin de esta horrorosa violencia. Los políticos dicen entender que la guerra contra las drogas ha fracasado, pero también afirman que “la sociedad” no está lista para este cambio. 

Durante los últimos 50 años las políticas de drogas nos han fallado a todos en América Latina, pero el debate público sigue paralizado bajo la sombra del miedo, la corrupción y la desinformación. Casi todos, incluso la Oficina de Drogas de la ONU -- que es responsable de la aplicación de estas políticas -- comparten la opinión de que la carísima guerra contra las drogas ha fracasado. Desplegar militares y policías para quemar campamentos de drogas, perseguir a los narcotraficantes y encarcelar a vendedores menores y adictos ha sido inútil para combatir el consumo de las drogas, a la vez que ha arrasado injustamente numerosas vidas. En México, Guatemala, Colombia y en toda la región, la guerra contra el narcotráfico está destruyendo nuestros países, mientras que la adicción, las muertes por sobredosis, y las pandillas traficantes sigue en aumento.

Mientras tanto, en los países que tienen regímenes menos severos -- como en Suiza, Portugal, Holanda y Australia -- no se ha visto la explosión en el consumo de drogas que los defensores de esta guerra habían profetizado de manera alarmista. Por el contrario, ha habido reducciones significativas en los crímenes relacionados con drogas, en el número de adictos y en las muertes por sobredosis, y sus gobiernos se han podido concentrar en desmantelar imperios criminales. 

¿No llegó la hora de pensar en políticas alternativas para despenalizar y controlar?

5 comentarios:

  1. Y ¿cuáles pueden ser esas políticas alternativas?, yo creo que hay productos que definitivamente no deben llegar a consumirse, drogas muy destructivas.

    buenas tardes
    Hattori Hanzo

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  2. Amigo sartenista:
    No tenemos una propuesta concreta.Tampoco estamos de acuerdo con el consumo masivo de ciertas drogas destructivas. Lo que si sabemos es que, pese a los millones de dólares que invierte C.R. en la lucha, a pesar de que ayudamos a E.U. en el combate, el consumo sigue en un aumento imparable (buscar cifras del IAFA), lo que demuestra que lo que se hace contra ello, es un rotundo fracaso.Nos recuerda la prohibición del alcohol en el E.U. de los treintas y el consumo de cerveza el jueves y viernes santos en Costa Rica.
    Habrá que ver que nos propone la comisión global de la ONU y ponerle atención a las soluciones de Holanda, Portugal, Suiza que han logrado reducir significativamente el consumo, sin balas y sin muertos.

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  3. Lo que necesita el pueblo es educación/cultura. No importan las leyes si el pueblo no es educado. El pueblo costarricense se ventea el buche de el nivel de preparación académica del pueblo en general, pero su comportamiento refleja una falta de cultura total.

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  4. Estamos de acuerdo. Y se han creído el cuento de que viven en una democracia perfecta.
    Pero no hay democracia social. A más pobres, menos educación y cultura y más delincuencia y drogadicción.

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    Respuestas
    1. Tienes razón, la guerra contra las drogas no ha sido m{as que un gran derremamiento de sangre.

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