El 6/8 y el 9/11

Una dolorosa lección que E.U. y el mundo
deben aprender.

Hiroshima, luego del ataque nuclear.

Desde hace unos días los medios no dejan de hablar sobre los actos terroristas que derribaron hace diez años las conocidas torres gemelas. Murieron alrededor de 3 mil civiles inocentes ese 11/9. Se pretendía con este infame ataque, venganza y humillación a E.U. Bin Laden lo consiguió.

Relatos, testimonios, vídeos, discursos emotivos  y actos recordatorios, abundarán el próximo 11 de setiembre.

Lo que vemos y oímos  nos aterra y estremece y nos lleva  reflexionar a cerca de los extremos de la intolerancia  y de la violencia a que puede llegar la conducta humana.

Pero es triste también pensar que ya  casi nadie recuerda el 6/8  de 1945, cuando el mayor acto terrorista genocida efectuado en el planeta mató en Hiroshima a más de 200 mil civiles también inocentes. Los medios nacionales e internacionales no hablaron de ello en esa fecha y quizás solo en Japón hubo actos y discursos emotivos en memoria de hombres, mujeres y niños que murieron en el acto o tiempo después por los efectos de la radiación.

Nosotros nos sentimos moralmente obligados a escribir estas líneas.

Bebé quemado por la radiación.

Los móviles de E.U., por supuesto, fueron políticos. Se buscaba la rendición total del Japón antes de que la Unión Soviética entrara de lleno a la guerra en Asia, y el país socialista fortaleciera su posición sobre esta zona. La guerra contra Alemania había sido ganada. Solo faltaba un ataque determinante contra el ejército japonés con estrategias y armas convencionales.

Pero Estados Unidos sabía que si usaba la bomba atómica no sólo se aseguraría el dominio de esa zona asiática, con el resultado a su favor; sino que la posesión de un arma con esa capacidad de exterminio, lo colocaba a la cabeza de las naciones del mundo.

Entonces, para cumplir sus objetivos de dominación, no importó "experimentar" con inocentes civiles japoneses usando el arma más terrorífica jamás creada por el lado más oscuro de la mente humana.

A las 8:15, el avión “Enola Gay”, lanzó sobre Hiroshima a "Little boy", nombre de la bomba. Un ruido ensordecedor marcó el instante de la explosión, seguido de un resplandor que iluminó el cielo. En minutos, una columna de humo color gris-morado con un corazón de fuego (a una temperatura aproximada de 4000º C) se convirtió en un gigantesco “hongo atómico” de poco más de un kilómetro de altura. Un tripulante describió la visión:  “parecía como si la lava cubriera toda la ciudad”.

El efecto visible del acto terrorista.

"El día era apacible y hermoso-relató una niña japonesa sobreviviente- yo había llegado temprano a la escuela y miraba el jardín por una ventana. Afuera jugaban otros niños, de pronto un resplandor intenso me lanzó al suelo y cuando pude volver a ver, los compañeritos que jugaban afuera eran como trozos de carbón y la escuela empezó a caer sobre mi y no me dio tiempo de mirar lo que había pasado con mi piel…"

El 6/8 y el 9/11 nos recuerdan las consecuencias de la intolerancia y la violencia extrema como móviles del ansia de poder y dominio y  la necesidad de relaciones entre los pueblos del mundo basadas en la justicia, el respeto y  la tolerancia: este es el único camino para que el pueblo estadounidense pueda vivir seguro y en paz .

Esta vez fue a la gran potencia a la que le correspondió caer de rodillas. Es una dolorosa lección que debe aprender de memoria E.U. (Los demás países también.).

Lea también : "Breve historia terrorista de los E.U." en:
http://generacionrebelde-roncahuita.blogspot.com/2011/06/breve-historia-del-terrorismo-de-los-eu.html