Las encuestas señalan que los costarricenses percibimos como el principal problema nacional la inseguridad ciudadana.
Y es que no es necesario mencionar casos de secuestros, robos, asaltos muertes.Ver un noticiero causa terror, tanto que, un amigo dice : " veamos la película de terror de hoy", refiriéndose a Noticias Repretel.
Ante esta situación los costarricenses claman por más policías, más armas y han optado por armarse también. Aquí es necesario decir que esas opciones no han solucionado nada en ninguna parte del mundo. Siempre es lo mismo : a más armas, más violencia, a más policías, más delincuentes y mejor armados.
Algunos, con mucha razón piensan que ante esta situación, el estado más bien ha actuado involuntariamente como cómplice de la delincuencia. La complicidad se ha definido como “ el acto por el cual una persona (física o jurídica) participa o se asocia, indirectamente, o accesoriamente al delito cometido por otro" lo que significa que cuando el Estado costarricense otorga un permiso de porte de armas de fuego a un ciudadano que posteriormente comete un crimen o delito con esa arma, el Estado se ha asociado indirectamente a ese hecho al otorgar acceso legal a un instrumento cuyo único fin es producir la muerte de otro ser humano. Hay miles de armas en las calles sin permiso legal, pero cualquiera puede regularizar esa situación mediante un sencillo procedimiento.
Desde nuestro punto de vista urge el desarme de la población civil, urge legislar para establecer la prohibición absoluta y penas fuertes por la tenencia de armas en manos de particulares y contra el tráfico ilegal. Es imperativo que solo los cuerpos de policía y las empresas de vigilancia y seguridad puedan poseer armas.
Ante esta situación además el Gobierno de Costa Rica reacciona clamando por más "Cuerpos especiales de policía". Leemos en un sitio de internet un nuevo capítulo, esta vez se trata del invento de "La policía de fronteras":
"Como en una tragedia épica, cada capítulo siempre puede ser peor que el anterior. Este martes oíamos a la Presidenta Chinchilla disparando una ocurrencia (otra): clavarle un “impuesto a la defensa” al nuevo plan fiscal para financiar una “policía de fronteras”. “Se trata de “una unidad debidamente entrenada y con un equipamiento mínimo que le permita moverse en las zonas montañosas del país” (…) “A partir de ahí, queremos seguir avanzando en la constitución de esta policía; se está documentando todo el costo”, dijo Chinchilla, citada por La Nación."
El Canciller no solo es la mente inquieta y creativa detrás del impuesto, sino que le jaló el rabo el ternera hasta donde pudo: insinúa que Costa Rica debe “considerar posturas históricas nuestras” y avanzar hacia conformar fuerzas armadas con capacidad de combate con ejércitos extranjeros. “Vamos a tener que hacer un análisis profundo de decidir ser una democracia desarmada y pacífica, y la nueva realidad de este mundo multilateral”, le dijo Castro a Radio Nederland. El Canciller hizo un barreal para decir que no está hablando de un ejército: “Los ejércitos tienen una cultura militar, de secreto, de no control sobre ellos, pero nada de esto opera en una policía civilista”… ¡pero está hablando de un ejército! “De ataque, cero. No hay capacidad. Nuestra capacidad de defensa es muy limitada”, dice. “Creemos que hay que hacer una inversión seria para adecuarnos al reto de los tiempos”.
Entonces ¿cuál es la idea? Hacer un ejercitito, que no se llame ejército, pero que haga lo que hace un ejército cuando se necesite (cada 100 años). Pero como no es un ejército, sino un ejercitito va a ser aplastado por el que sí sea un ejército. Una tontería redonda y compacta, "made in Costa Rica." (http://www.fusildechispas.com/ )
No solo tenemos que impedir que esas descabelladas ideas se materialicen, sino lanzarnos a la lucha para que el estado costarricense restablezca la dignidad ciudadana mediante el desarme civil y la garantía de que esta nación nunca más transitará por los caminos militares. El hecho aislado de Isla Calero no debe usarse como pretexto para dar paso a grupos de gorilas (con el perdón de esos hermosos animales) al mejor estilo de Guatemala.
Son nuestras fuerzas policiales las que deben encargarse de nuestra seguridad, pero hasta ahí. Nadie más.
Y los conflictos-de darse- con otras naciones deben resolverse civilizadamente.
Necesitamos preservar nuestra mentalidad antimilitarista, nuestra cultura de paz en esta sociedad cansada de inseguridad y de violencia. La cultura de las armas solo nos traerá más tragedia, dolor y muerte. |
Aqui se esta haciendo una mezcolanza entre conflictos y seguridad ciudadana. Pienso que los conflictos territoriales sí deben resolverse por medio del dialogo pacifista y metodos civilizados. Pero de eso a decir que ningun ciudadano debe tener un arma es una enorme gilipolles, que incluso en un momento parecía ser una broma. Las armas ilegales siempre van a existir y si se prohiben quedaran en manos de los delincuentas exclusivamente. No es que me guste el gobierno actual, desprecio al partido liberacionista pero por dicha ese tipo de ideas no andan en la cabeza de nuestros mandatarios. Una mentalidad sumisa que exalta al dios "tipo", al ladron que hay que darle todo sin defenderse. Yo estoy llendo a un poligono y pronto tendré un arma, me encantan y si bien me gustaria vivir en esa utopia del país pacifico y trabajador, me encuentro en el mundo real; donde soy una especie más en el ecosistema y siempre van a haber individuos que me intenten hacer daño.. Como los cangrejos que se roban las conchas entre ellos. No tenemos mandibulas o garras afiladas, así mordemos los humanos.
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