El destino del plan fiscal de doña Laura y Ottón.

Mientras doña Laura nos promovía como "el país más feliz del mundo"

en Nueva York, aquí se descubría que nada menos que los encargados de 

cobrar los impuestos eran presuntos evasores y morosos de los mismos

desintegrando así la credibilidad de su gobierno.




Una vez más las redes sociales han sido un factor decisivo divulgando a la velocidad de la luz, los errores y supuestos actos indebidos de funcionarios públicos y la debilidad e indecisión de nuestra presidenta.

Los recientes acontecimientos que han dado origen a la renuncia del Ministro Herrero de la cartera de hacienda (subvaloración de sus propiedades, para pagar menos impuestos y posibles omisiones en las declaraciones de renta de una empresa propiedad de él y de su esposa, quien fungía como asesora presidencial y la reciente renuncia del jefe de tributación directa por estar moroso en el pago de sus impuestos) destrozan los esfuerzos de la señora presidenta por aprobar un plan fiscal, impopular entre los sectores medios y bajos de nuestra sociedad y que también afecta algunos intereses de un grupo de empresarios (de ahí la férrea oposición de el diario La Nación, para que no nos engañemos, que no lo ataca por afectar a los pobres).

En cualquier caso y como lo tuvieron que reconocer hasta los obispos de la Conferencia Episcopal, el mal llamado Proyecto de Solidaridad Fiscal es, en sus palabras un "duro golpe a los sectores más necesitados".

Como lo han dicho los sindicatos, el hecho de que quienes estaban velando por la recaudación fiscal supuestamente hicieran matráfulas para evadir el pago de sus propios impuestos, "pulveriza" la credibilidad del gobierno en sus intenciones de aprobar ese plan.

http://www.fusildechispas.com/

Se impone la necesidad de retirarlo de la Asamblea y crear una comisión de alto nivel que involucre a todos los sectores afectados  para construir un "gran plan nacional de recaudación fiscal que podría incluir nuevos impuestos, que mejore en un 99% el freno a la evasión y que garantice que al fin, los ricos pagarán como ricos y los pobres como pobres"

Quizá así, doña Laura salga airosa y recupere su prestigio como mandataria y el de su gobierno que parece ya rodar al precipicio y  tocar fondo inevitablemente.